Terapia de perdon
La terapia de perdon o la terapia de Perdonar es un proceso sanador intrinseco. Se basa en sanar desde adentro para no sentir la rabia, la molestia, la frustracion por algo o por alguien, que nos lastimo o nos hizo daño.
5 pasos para perdonar
Los pasos que requiere este proceso/aprendizaje del perdón, son:
1.-Reconocer el Daño que nos ha producido la ofensa.- Hay que analizar y objetivar los
cambios producidas por la ofensa en nuestras emociones, pensamientos y en nuestra
conducta. Hay que objetivizar este daño y no magnificarlo ni negarlo (como ocurre en
el pseudoperdón).
2.-Elegir Perdonar para mitigar ese daño.- Una vez objetivizado el daño y comprobado
que nuestras conductas no han servido para mitigarlo, elegir perdonar es una opción
para superarlo. Elegir perdonar, es un acto libre de nuestra voluntad que requiere
valentía y fortaleza e inicia ya el acto de perdonar: Elegir perdonar es empezar a
perdonar.
3.-Aceptación de nuestras emociones y pensamientos negativos.- El problema no es
tener ira, rabia o pensamientos de venganza. El problema es que estos sentimientos y
pensamientos negativos cambien nuestra conducta. A través del perdón aprendemos a
aceptarlos, asumimos nuestras cicatrices y utilizamos estas experiencias negativas
como vivencia regeneradora de nuestro proyecto vital.
4.-Cambio de conductas.- Si elegimos perdonar y aceptamos nuestras emociones y
pensamientos, el paso siguiente es cambiar nuestras conductas hacia el ofensor. A
través del perdón cambiamos las conductas destructivas por otras constructivas, que
nos permiten seguir adelante con nuestro proyecto vital.
Un primer paso podría ser abandonar alguna conducta destructiva, como por
ejemplo dejar de hablar mal del ofensor. Este pequeño cambio refuerza nuestra
decisión de perdonar y nos ayuda en nuestro proceso del perdón. Un paso posterior
sería realizar conductas que busquen su bien (ejemplo, conductas para que recapacite
y no vuelva a hacer daño).
5.-Trabajar la Comprensión y la Empatía.- Para que se produzca este cambio de
conductas es básico comprender (que no justificar) al ofensor y darnos cuenta de las
circunstancias que han podido influir para que haya actuado así. Decía Tolstòi:
“Entenderlo todo es perdonarlo todo”, y Emma Goldman (oradora, escritora, activista y
un hito en la historia del feminismo, nacida en 1869) decía: ”Antes de que podamos
perdonarnos los unos a los otros, tenemos que entendernos”. Y para entender al
ofensor hemos de trabajar la comprensión.
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El paso siguiente es trabajar la Empatía: preguntarnos qué hubiéramos hecho
en circunstancias parecidas y cómo nos sentiríamos si hubiésemos sido nosotros los
ofensores. Para trabajar la empatía nos pueden resultar muy útil las experiencias
previas de perdón recibido (recordar las veces que hemos ofendido y nos han
perdonado).
Trabajando la comprensión y la empatía, surge la Compasión, el deseo del bien
hacia la otra persona, el deseo de que esté libre de sufrimiento. Desde esta
perspectiva de Comprensión y Compasión, nace lo que la psicología positiva denomina
Perdón Pleno: No solo se perdona al ofensor, sino que se desea su bien.
Perdonar no es debilidad o ingenuidad; perdonar es madurez psicológica.
Perdonar no implica abandonar la búsqueda de la justicia ni dejar la defensa de
nuestros derechos. Perdonar implica que la búsqueda de la justicia no se convierta en
un desahogo emocional, en una válvula de escape de nuestros sentimientos negativos,
y que no se transforme en el motor de nuestra vida dificultando nuestro progreso
como persona.
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